8/8/20

Enseñanza del Oasis de Adoración 08-08-20




Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 14, 22-33.

“Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. 23.Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí. 24.La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. 25.Y a la cuarta vigilia de la noche vino él hacia ellos, caminando sobre el mar. 26.Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. 27.Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Animo!, que soy yo; no temáis.» 28.Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas.» 29.«¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. 30.Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!» 31.Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» 32.Subieron a la barca y amainó el viento. 33.Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios.»”


«¡Ánimo! Que soy yo; no temáis» (Mt 14, 27).


     En tiempos de Jesús se creía que en un mar alborotado vivían los demonios. Nuestro mundo de hoy es como un mar turbulento en el que no percibimos la Presencia de Jesús, se nos olvida con facilidad que Él va al frente. Nuestros temores son hacia la pandemia, la ideología de género, el aborto, las crisis en los sistemas del gobierno, la ola de violencia con sus asaltos y muertes, etc., etc.


     Como humanidad estamos pasando por una noche muy oscura en el mundo y en la Iglesia. Hay muchas incertidumbres en nuestros corazones, nos es difícil discernir cuál es la voluntad de Dios. Cómo los apóstoles que estaban temerosos, no reconocemos entre tanta tubulencia la Presencia viva del Señor actuando en nuestras vidas.


     Jesús nos dice como les dijo a sus discípulos: «¡Animo!, que soy yo; no temáis.» (Mt 14, 27). En el Antiguo Testamento, Dios se reveló a Moisés en el episodio de las Sagradas Escrituras de la zarza ardiente y le dio a conocer su nombre: “Yahvé”, que significa “Yo Soy” (cfr. Ex 3, 1-17). En el Nuevo Testamento, después de la agonía en el Huerto de Getsemaní, cuando Jesús va a ser apresado y los soldados preguntan por Él, de nuevo escuchamos el “Yo Soy” que los hace retroceder y caer al suelo (cfr.Jn 18, 1-8). ¿Qué nos quiere decir el Señor? Que aunque parecezca que el mal avanza cada vez más en nuestro mundo, Jesús quiere que recordemos que Él es DIOS: “Yo Soy”, “Yo soy el que soy” (cfr. Ex 3, 14). Si Dios está con nosotros, no tenemos nada que temer: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? (Rm 8, 35).


     Aunque conocemos a Jesús, nuestra  fe muchas veces es tambaleante. Para ser hombres y mujeres fuertes es necesario forjarnos en la disciplina diaria, practicando las virtudes, haciéndonos conscientes y convencernos de que la vida eterna es la vida verdadera y que nuestra estancia en la tierra es pasajera.


     Pedro pide a Jesús que le conceda caminar como Él sobre las aguas, sin embargo, cuando ve lo agitado del mar, se llena de temor y empieza a hundirse, porque dejó de mirar a Jesús y se miró a sí mismo. Es muy fácil seguir a Jesús cuando experimentamos cercana su Presencia, pero el Señor quiere que seamos hombres de fe, que creamos y confiemos siempre en Él, aunque todo en apariencia parezca que no tiene control en el mundo. Jesús va adelante y nos guía, si mantenemos fija la mirada en Él.


     El miedo aparece en el corazón del hombre cuando se deja de mirar a Jesús. El Señor permite que experimentemos nuestras propias caídas para que nos demos cuenta de quienes somos y de que sin Él nada podemos (cfr. Jn 15, 5). 


     Podremos mantenernos firmes en la fe, si permanecemos al pie de la Cruz, es así cómo vendrá a nosotros el avivamiento del Espíritu Santo. Es en este hermoso lugar, donde Dios nos tiende su mano misericordiosa, cuando experimentamos que estamos por hundirnos en el mar de las dificultades. 


     Sin embargo, el que Dios sea misericordioso no significa que no debamos de esforzarnos, por el contrario, es necesario negar nuestra voluntad caprichosa  porque sin santidad nadie verá a Dios (cfr. Hb 12, 14). Para poder entrar al cielo, en el momento de morir, nuestra alma debe estar sin ninguna mancha, de lo contrario, tendremos que pasar por el purgatorio para ser purificados

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     La voluntad del Padre para Jesús fue la donación total de su persona, al entregarse a la muerte para nuestra salvación. Este mismo ejemplo lo encontramos en la vida de todos los santos. No se trata de saber mucho de ellos, porque con esto no nos vamos a salvar, sino de imitar sus virtudes.

      

     Somos todavía hombres de poca fe, porque nos dejamos llevar por las emociones,  andamos investigando todo lo que podemos sobre profecías a cerca de los últimos tiempos, que dijo tal o cual sacerdote. Que si es necesario irse a un refugio, o guardar víveres, y nos olvidamos de la Palabra de Jesús en el Evangelio, que es lo más importante. Nos hemos preguntado ¿Qué pasaría si no supiéramos nada a cerca de todas las profecías que se han dicho o se divulgan entre nosotros? Pues hay mucha gente que no las conoce, por ejemplo, imaginemos a una viejita que vive en el campo y no tiene ningún conocimiento de todo esto, sin embargo practica las obras de misericordia y vive de la fe en Jesús. Esto es lo verdaderamente importante, lo que conduce a la vida eterna.


     Que el meditar la Palabra de Dios con un corazón abierto, nos lleve a vivir en la voluntad de Dios en todos los  aspectos de nuestra vida. Como bautizados y pertenecientes a “Familia Misionera en Alianza de la Cruz” (FMAC), el demonio nos va a zarandear poniendo obstáculos para que dejemos el movimiento, o a la Iglesia, es en esto en dónde debemos ser muy vigilantes para no caer en sus trampas y con la ayuda de la Gracia de Dios salir victoriosos en la lucha.


     Lo más importante en FMAC de ninguna manera son las grandes obras materiales que aquí se quedarán en el mundo, sino el amor que ponemos en lo que hacemos, Dios quiere instaurar su Reino en un corazón humillado, clemente, dócil, etc. La Virgen lo que nos pide a cada uno de nosotros es trabajar por nuestra conversión personal, así es cómo todo lo demás se logrará, según los designios de Dios.

Hno. Francisco María de la O


Oasis de Adoración

Te invitamos: 

-FRENTE AL SANTÍSIMO EXPUESTO:

+Santo Rosario

+Adoración y alabanza

+Enseñanza 

 En la Parroquia de la Madre de Dios  (Av. Providencia 2958, Providencia 4a sección, 44639, Guadalajara, Jalisco).

Todos los sábados de 10:00am a 12:00pm(en el salón superior, al fondo después del cancel de los sanitarios) y terminamos con la misa de 12:30pm en el templo grande.

Seguimos todos los protocolos de seguridad por el COVID




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