“ Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle» (Mt 2, 1-2).
(Mt 2, 1-12)
Grandioso fue el destino de Belén que siendo un pueblito sin importancia se convirtió en el lugar destinado por la Providencia Divina para que naciera el Salvador del mundo. De manera silenciosa Dios irrumpe en nuestras vidas, pero solamente si sabemos estar vigilantes como los pastores que fueron a ver al Niño Dios, lo podremos reconocer. Que dentro de FMAC (Familia Misionera en Alianza de la Cruz), seamos testigos de ese amor que el Hijo de Dios hecho hombre vino a manifestar al mundo.
Así como Herodes, el demonio quiere alejarnos de Dios cuando buscamos acercarnos a Él
de manera auténtica, para desviarnos del camino. La solución es escuchar a Dios como lo hicieron los magos de oriente de manera que tomaron otra senda.
Hoy es urgente que aprendamos a vivir en fe, que al Padre Eterno, antes que le pidamos por nuestras necesidades, le imploremos para que nos dé una fe firme, porque ¿cómo podemos creer que será fácil para nosotros cuando nunca fue fácil para Jesús?
Jesús dice en su Palabra que nos concederá todo lo que le pidamos en la oración (Cfr. Jn 14, 13), pero también nos lo concederá con la condición de que guardemos sus mandamientos y hagamos lo que a Él le agrada (Cfr. 1Jn 3, 21-22). Estos dos versículos de la Biblia se complementan entre sí. Dios nos promete escuchar nuestras oraciones, siempre y cuando guardemos sus mandamientos y cumplamos su voluntad.
Él Señor nos dará todo, y aunque en nuestro corazón tengamos paz, tendremos que pasar por la tribulación. La verdadera paz es aquella que se encuentra en la aceptación de nuestra vida y en la búsqueda por ser cada día mejores. Muchos vienen a preguntarme sobre cuál es la voluntad de Dios, aprendamos a dar pasos de fe. Si hemos fallado dejémonos levantar por el Niño de Belén.
Volvamos a nuestra vida pero por otro camino: el que Jesús nos ha indicado: perdonando y amando, hasta el extremo, aunque estuviera en juego nuestra propia vida. Dios cumplirá sus promesas en la medida de que nos abajemos. Nuestras vidas están consagradas a Dios y Él está contento por las almas que desean cambiar. Cuando uno se rinde a Dios la Gracia actúa donde menos lo esperamos, y cuando menos lo imaginamos.
Hno. Francisco María de la O
OASIS DE ADORACIÓN
Los invitamos al Oasis de Adoración todos los domingos de 10:00am a 1:00pm en Buenos Aires 2901, Colonia Providencia, Guadalajara, Jalisco.
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